Una vez tuve el sueño de juntar a doce mujeres ilustradoras para que cada una de ellas hiciera una ilustración sobre un valor universal.
¿Por qué mujeres ilustradoras?
Porque alrededor mío veo mucho talento en frasco pequeño, como el buen perfume. Mujeres que sin darse importancia crean, emprenden, pelean y salen adelante. Porque creo en el poder de hacer cosas grandes con pequeños gestos cotidianos y ahí, las mujeres sabemos hacer milagros.
¿Por qué valores?
Porque a veces quiero bajarme de este mundo. Porque, aunque llevo más de veinte años sin ver los informativos, siempre llegan noticias de injusticias cercanas, guerras que no nos son indiferentes, peleas de poder, mujeres maltratadas, jóvenes perdidos y adultos que ya no sonríen.
Y tuve el sueño también de escribir unos poemas que acompañaran esas ilustraciones…
Hace dos años que vivo a orillas del Río Bidasoa. En mi familia materna es un río con muchísimo significado… mi ama aprendió a nadar entre Behobia y la Isla de los Faisanes. Mi aitona Pedro fue, entre tantas cosas, contrabandista en la frontera en la dura época del racionamiento. Su padre, mi bisabuelo, fue profesor en las escuelas de Behobia… Y, el destino o las benditas casualidades de la vida, han querido que este Bidasoa sea lo primero que vea al despertar…
Una mañana estaba tomando un café tranquila en la terraza y… la dura realidad se asomó dando uno de sus portazos. Lanchas motoras buscando un cadáver en el río Bidasoa. No era el primero ni, por desgracia, fue el último… el drama de los migrantes lleva años azotando la calma de un entorno privilegiado…
Y ahí todo cobró sentido… Baloreak, como había decidido que se llamara este libro, tenía que transitar este auténtico drama que tenemos delante de nuestros ojos y que no nos deja indiferentes.
Mañana domingo a las 19:30 lanzamos la preventa a través de mi web con un regalo muy especial. Muy pronto Baloreak estará en librerías de toda Euskadi. Estoy muy feliz de cumplir este sueño… y quería que fuerais las primeras personas en conocer la portada. Al fin y al cabo… lleváis aquí unos cuantos años conmigo.