No hay nada que hacer cuando el mar da una hostia encima de la mesa. Él gruñe con toda su fuerza y todos callamos. No hay mayor poder. No hay mayor fuerza que la de la Madre Naturaleza. Ella, tan pacífica y mansa, tan acogedora y protectora… un buen día se enfada, con razón seguro, y mejor que te pille a cubierto.
Fascina ver las olas chocar con fuerza contra los muros de una ciudad. Desola ver cómo los destroza.
Hay un fotógrafo que llevo años siguiendo por su manera de retratar el mar. De hecho algunos expertos le llaman el fotógrafo del mar. Philip Plisson y su objetivo nos acercan tempestades imposibles…
Paraísos entre el Mar y la Tierra…
Mares en calma…
Los juegos de colores de poas y propas…
Faros del mundo…
Y las redes… que a mí me fascinan de manera especial…